jueves, 15 de marzo de 2012

Desde el Jardín (Being There)



La película es una crítica a la sociedad norteamericana, donde la televisión es un nuevo elemento indispensable para la vida familiar y para encajar en la sociedad. La  dependencia al receptor televisivo es tal, que llega a desempeñar cargos cómo criar a los niños e impartir la religión, por eso no es necesario caminar hasta la iglesia, pues el aparato es quien ofrece la homilía. También demuestra cómo es medio de manipulación de aquellos que tienen el poder. Todo esto a través de la vida de un Jardinero Chance Gardiner (palabra similiar a gardener: jardinero en inglés) que lo único que realmente aprecia o le interesa escuchar es al televisor. Éste para Chance es un objeto único, aquel que contiene todo los saberes, quien le ha permitido conocer el mundo exterior que no conoce, quien lo ha enculturizado. Chance es la representación (un poco exagerada, tal vez, pero cierta) de la estupidez de la sociedad, que cada noche le sirve culto al aparato electrónico.

Chance despierta, se levanta de la cama y lo primero que hace es encender el televisor. ¿Qué es lo que ve? Nada en particular, es como cualquiera de nosotros, que se aburre fácilmente y cambia el canal un par de veces hasta quedar satisfecho. Pero al contrario, de lo que pensaba, para Chance la televisión es su vida. Las primeras escenas nos demuestran lo que podría ser un día en la vida del protagonista. Hasta el momento en que ésta da un vuelco, pues debe dejar la casa dónde vivió durante toda su vida y de la que nunca había salido. Sale a la calle, entonces, por primera vez en su vida a enfrentarse con esa realidad, que solo ha observado a través de la pantalla de una caja mágica.



Lo paradójico es que Chance no tiene deseos, ni esperanzas, no quiere alcanzar la máxima gloria, ni aspira a triunfar, ni cumplir el tan ambicionado “sueño americano”. Él simplemente es, como lo dice el título de la película, pasa su vida “siendo allí”, en el lugar que le toca, quizá solo tenga una aspiración, aparecer en televisión, ocasión que se desarrolla en la trama y al cumplirse deja de ser importante. Sin embargo, tras una serie de eventos afortunados, Chance tiene la oportunidad de alcanzar la cima del poder, lugar que pocos alcanzan y solo después de mucho trabajo

El acontecimiento que le permite cosechar su prestigio, es a causa de uno qué pareciera ser perjudicial, pero como realidad en la película resulta siendo beneficioso. Eve, una señora al parecer muy adinerada, casi atropella con su auto, ella se siente apenada y le ofrece su casa para que lo asistan. La suerte de este ser es increíble y sorprendente, a Chance le suceden cosas que cualquier persona desearía, pues su sencillez y su falta de razón sobrepasan la lógica. Quizá es por eso que logra conseguir retribuciones que no le hacen justicia y que al parecer no se propone, es absurdo, pues pareciera no tener idea de nada de lo que pasa a su alrededor, pero al mismo tiempo tener el total control de su vida.

Cuando llega a la casa de Eve, resulta ésta ser la esposa de uno de los hombres más importantes de la sociedad estadounidense -que está prácticamente en sus últimos días de vida- Ben Rand. Este personaje trata a Chance como su igual, otro hombre de negocios abatido por la baja económica del país; a razón de esto, lo acoge desde un principio, ve en él un ser agradable y sensato. Su aprobación desencadenará no solo el deseo de su propia esposa por poseerlo, sino la admiración de toda la nación como una eminencia del saber.

Es difícil quizá para mí como espectadora entender porque las personas no perciben la estupidez de Chance, sino que lo toman enserio, como la señora Eve cuando tiene su primer contacto con él en el auto. Ella cree que lo que él dice no es literal, cuando ciertamente lo es, ella modifica lo que escucha para tratar de entender a ese hombre desconocido que parece muy sabio. En frente de ella, Chance sabe interpretar bien el papel de parecer tener idea de las cosas, o ¿acaso ella lo quiere ver como un hombre común? Me enfrento aquí con un dilema, pues no sé si es que Chance disimula muy bien, o la gente solo ve de él, lo que quiere mirar. Durante toda la película, parece que nuestro susodicho no tiene idea de nada de lo que le sucede y de la manera más dúctil posible, participa de aquello que le ofrecen con facilidad y lo disfruta.

Eve, aparentemente ama su esposo, pero se ve prendada por los “encantos” de Chance, en quien ve la salvación para calmar sus pasiones olvidadas por la enfermedad de su marido.



Tal como Ben y Eve, la película demuestra como los seres humanos adaptamos nuestros sentidos para ver y percibir lo que queremos. Un fiel ejemplo es la forma como las personas tratan a nuestro protagonista, lo ven como un hombre cuerdo que aparenta -sin desearlo- ser un hombre intelectual. Ser amigo de una persona respetable como el señor Rand le brinda la apariencia y prestigio para opinar incluso sobre aspectos sociales y económicos, temas de los cuales no tiene idea, pero que sabe rellenar muy bien con sus saberes de jardinería.

El presidente de los Estados Unidos, toma uno de esos comentarios, como un consejo para su discurso -con él que se dirigirá a todo el país- el resultado es: Chance exaltado como un pensador eminente. Y es que parece ser que la gente desde sus casas, en familia frente al televisor, toma como verdad absoluta aquello que ve en el aparato, pero considero aún más torpes a quienes manejan el medio audiovisual pues la estupidez los domina hasta convertir en el apadrinado en Ben Rand en su futuro dirigente. Por eso no es necesario dudar de lo que se dice en la tele, ella ha crecido con ellos, prácticamente los ha cuidado, ésta piensa por ellos y será capaz de dirigir un país, de la misma forma que ha conseguido transforman un imbécil en un sabio.

Sin embargo, no puedo dejar de mencionar lo absurdo de la película con su escena final tan controversial, es acaso un juego de la percepción mental o aquel que nos dice que en un sociedad de tarados cualquier maravilla puede suceder. No, la escena final representa el punto de vista de un la realidad que Chance ve, para él todo es simple, no le interesa  razonar sobre el acontecer de la vida y su importancia en la necia sociedad que lo necesita para seguir manteniendo a flote.




1 comentario:

  1. Al leer el libro, en el que está basada la película, se puede entender mejor el pensamiento de los personajes.
    Encuentro que es una gran película que logró llevar la historia al cine, de muy buena forma.

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